21-11-2025 | 12:22:38
| Córdoba
Brenda Micaela Barattini, fue condenada a 13 años de prisión por el sangriento episodio ocurrido en 2017 en el que mutiló los genitales de su amante con una tijera de jardín, quedó en libertad condicional.
Brenda Micaela Barattini, la mujer que fue condenada a 13 años de prisión por el sangriento episodio ocurrido en 2017 en el que mutiló los genitales de su amante con una tijera de jardín, quedó en libertad condicional. Aunque la arquitecta debía permanecer detenida hasta el 25 de noviembre de 2030 para cumplir la totalidad de su pena por "tentativa de homicidio", logró obtener el beneficio casi un año antes de lo previsto.
La liberación, que estaba programada inicialmente para el 25 de noviembre de 2026, se anticipó 10 meses y tres días gracias a los numerosos cursos de capacitación que realizó mientras estuvo detenida en la cárcel de Bouwer.
Barattini, que tenía 27 años al momento del ataque y actualmente 34, pasó casi ocho años encarcelada.
El juez de Ejecución Facundo Moyano Centeno otorgó la libertad condicional a Barattini el pasado martes, tras una audiencia donde se evaluaron los parámetros de cumplimiento de la condenada. El beneficio fue demorado un par de meses luego de que su defensora solicitara la salida, aunque la arquitecta ya cumplía con el tiempo necesario debido al anticipo obtenido por capacitación.
Como condiciones para mantener su libertad, la mujer debe fijar un domicilio en Comodoro Rivadavia, Chubut —su provincia natal—, seguir un tratamiento psicológico ambulatorio y reportarse mensualmente a la Agencia de Supervisión (patronato del liberado) de dicha ciudad. Además, tiene una orden de restricción de contacto y acercamiento de mil metros con respecto a la víctima. Estas condiciones deberán respetarse estrictamente hasta noviembre de 2030.
Los informes presentados al juez destacan que Barattini "reconoce su conducta como inadecuada y puede identificar las consecuencias que sus actos produjeron en la víctima y en su entorno". El documento señala además que cuenta con "reflexiones en torno al registro del impacto de la gravedad de los hechos en la vida de la víctima".
Durante su tiempo en el módulo femenino de Bouwer, Barattini se dedicó casi por completo a estudiar y capacitarse. Siendo ya arquitecta, cursó y aprobó diez materias de la carrera de Derecho y ocho de la Licenciatura en Letras Modernas, ambas en la Universidad Nacional de Córdoba (UNC).
Además, completó una amplia variedad de talleres y formaciones:
El cruento suceso ocurrió la noche del 25 de noviembre de 2017. La víctima, identificada como "Sergio" o "SAF", mantenía un "vínculo del tipo sexual" con Brenda Barattini desde hacía un año. El hombre llegó al departamento de la arquitecta en calle Chacabuco al 500, en el barrio Nueva Córdoba.
Durante el encuentro íntimo, Brenda le propuso a su amante vendarle los ojos, a lo que él accedió. Ella utilizó un antifaz que había preparado de antemano. Mientras ella le practicaba sexo oral, Barattini estiró su brazo hacia debajo de la cama, donde había escondido una tijera de podar oxidada. Con un rápido movimiento y utilizando ambas manos, procedió a rebanarle el pene y uno de sus testículos.
Tras la agresión, el hombre comenzó a gritar y a perder una impresionante cantidad de sangre. A pesar de su estado, Sergio logró salir del departamento y se arrastró hasta un piso superior, donde suplicó ayuda a los vecinos. Los vecinos acudieron a socorrerlo, haciendo presión para detener la hemorragia y llamando al 911. Mientras tanto, Barattini sacó su celular, pero no llamó a emergencias; contactó a su novio, Gonzalo Rodríguez, para que fuera al departamento.
La víctima fue trasladada en ambulancia y logró ser salvado, aunque estuvo a punto de morir por la gran cantidad de sangre derramada. Se confirmó que ni el pene ni los testículos fueron amputados del todo.
Durante el proceso judicial, Barattini ofreció dos versiones. Primero intentó justificar la acción asegurando que Sergio había intentado violarla, una versión que fue rápidamente descartada por la presencia del antifaz y las tijeras ocultas. La versión definitiva, que la acompañó hasta el juicio oral, fue la de la venganza: su amante supuestamente había distribuido un video sexual suyo que se había viralizado y que la había afectado significativamente.
La fiscalía inicialmente acusó a Barattini de “lesiones gravísimas calificadas por el vínculo y por alevosía”, pero durante el juicio la carátula se modificó a “intento de homicidio”. El tribunal, integrado por Mónica Traballini, Ítalo Vitozzi y Mario Centeno, impuso la condena de 13 años de prisión en septiembre de 2019.